Los pequeños detalles marcan la diferencia y, precisamente, con los manteles de la boda pasa eso.
La mantelería de boda la solemos dejar para el final pues es algo que no tenemos muy presentes. En este aspecto vuestro grado de implicación dependerá de cómo de creativos y diferentes queréis ser en vuestro día.
Si no queréis arriesgar mucho y que los manteles sean algo que los invitados recuerden, id a lo clásico y no os comáis mucho la cabeza. De lo contrario, si queréis que los invitados se queden perplejos al ver las mesas, tendréis que cuidar al milímetro este aspecto.
Apoyaos siempre en los profesionales, ellos serán quiénes os den las claves para todo. Desde el color, diseño, tela de los manteles, hasta la cubertería o servilletas.
¡Aquí van algunos tips para que puedas escoger de la mejor manera posible la mantelería del día de tu boda!
¿Qué presupuesto tenéis?
Es lo primero que tenéis que ver. Pensad en el dinero que podéis/queréis destinar a la mantelería. Teniendo esto claro ya estaréis entre una selección u otra.
¿Cuándo se celebra?
Hay que tener en cuenta la estación del año y, además, si la boda se va a celebrar de día o de noche. En otoño e invierno los colores serán oscuros, mientras que en verano los protagonistas serán los colores pastel. En el caso de que la boda sea de día los colores pueden ser de tonos vivos y puedes añadir estampados. Si la boda es de noche intenta que los colores sean claritos para que aporten luminosidad al espacio. Tened en cuenta también el tejido de la tela en función de la estación.
Acordaos que al pensar en la mantelería tendréis que tener en cuenta los centros de mesa que queréis poner. Si tienes claro el tipo de decoración o flores que poner en la mesa, te ayudará a elegir la mantelería.